sábado, 4 de agosto de 2012

Orgasmo?

La piel en mis manos se siente tirante, esta curtida por el frió de este invierno que ha tenido mas de glaciación que de otra cosa, me las miro y me apenan, todo me apena últimamente; el frío que es el vaho de la soledad en mi piel, el calor que me recuerda tardes soleadas de felicidad mediterránea, la lluvia me entristece porque recuerdo que antes me alegraba y no se distinguir bien en que momento dejo de hacerlo, el viento que me susurraba de niño los secretos que venían desde un sur verde y repleto ahora no es mas que la brisa que mueve el cabello de los cuerpos sin alma que transitan por estas calles, esos cuerpos fríos alienados, proyectos fallidos de personas entre las que me confundo por las tardes.

Son las 21:15 de la noche y estoy sentado en el "Patio Bellavista" de Santiago, creo que alguna vez escribí una columna alabando el intento mejor logrado de darle un boulevard a esta ciudad infanta, sus callejuelas remodeladas, sus tiendas de artesanía, su lista de bares y su buena publicidad que lo llena de turistas solían trasladarme a otros destinos que mi espíritu de nómada soñaba con visitar. Ese era el tiempo en que me levantaba temprano para ir a sentarme al aeropuerto, frente a la salida de vuelos internacionales me estacionaba con mi computador a beber el único café que podía solventar y me pasaba horas leyendo, escribiendo y soñando, en los rostros de los pasajeros me imaginaba mundos aparte. El turista que llegaba desde una casa llena de espacios para colgar fotografías de destinos exóticos, el padre que volvía de un viaje de negocios a abrazar a sus niños, el ejecutivo apurado cuya Blackberry no le dejaba notar que había llegado a otro país y el hombre sin destino, ese pasajero que a primera vista tenía la mirada vacía pero que al mirar directo a sus ojos no tenía más que una profundidad insoldable, ese Nietzsche reencarnado que se detenía siempre frente al café me regalaba una sonrisa y se perdía en mis memorias.

Yo fui ese hombre, de alma reversible, de espíritu cambiante, ese hombre que no comienza de nuevo en cada lugar pues nunca terminó en ningún otro, ese hombre que no busca su hogar por el mundo porque su hogar es el mismo y el mundo nada más que la música que suena de fondo... acompañándole, el errante, el vagabundo que ve más arte en la mendicidad de Genet que en las mujeres de Neruda, el Ulises de los cíclopes de hormigón y vidrio,  el Vasco de Gama que aún no entiende las aplicaciones GPS de su Iphone, el caminante, el sin casa, Le Mat.

Ese hombre fui hasta que me perdí a mi mismo, me deje abandonado en alguna parte del atlántico y mi cuerpo vino a caer al mismo lugar donde había comenzado, nunca tuve un vida pues el mundo era mi vida así que tuve que inventarme una, improvisar cada mañana, inventar cada paso, practicar una sonrisa sin motivo, darle excusas a las palabras que reproduzco por memoria con una voz que no reconozco, interpretar un orgasmo que no ha sido más que un proceso biológico estudiado y explicable a través de enciclopedias, un orgasmo... lo pronuncio y del pasado me llega el eco de un mundo completo contenido en fracciones de segundo, vuelvo a pronunciarlo mientras siento mi sangre agolparse en mis mejillas, algo explicaba un orgasmo, una pregunta que ya no recuerdo, fue una respuesta que cayo conmigo al atlántico en ese vuelo en reversa que sufrí cual Juan Salvador Gaviota perdido en el siglo XXI.

Un sabor amargo como solía saber la nostalgia, creo, pero sin disfrute posible me llena la boca. sigo sentado en esta cafetería sintiéndome como una mosca posada sobre una gran novela; fuera de lugar, rodeado de un aura de repulsión, insignificante, invisible, inexplicablemente irónico. El frió se ha vuelto una constante aburrida y ociosa de la que no vale la pena quejarse, en treinta minutos entro a un trabajo que finjo disfrutar, un trabajo que no es menos mentira que la sensualidad aparente que adquiero al servir los whiskeys de botellon que me piden decenas de hombres por noche buscando el elixir que quita los miedos y baja pantalones, me pregunto si estarán buscando un orgasmo -de que buscan correrse esta claro, pero hablo de orgasmos- sabrán la pregunta correcta o solo representan, como he aprendido yo mismo a hacerlo? un papel difundido como aceptable y correcto en un escenario trabajado y construido a base de hipocresía mentiras y falsa complacencia? No lo averiguare esta noche, no quiero averiguarlo esta noche. Me leo hipócrita, me se adaptado, lo que no entiendo es esta sonrisa con la que termino mi descarga.

Interludio


Quién no se ha visto a si mismo con los ojos de la soledad ni ha llorado en sus brazos ni ha salido a caminar solo con su compañía, no es sincero al compartir su vida con alguien pues no comparte nada, solo delega en los brazos de otra persona su incapacidad para ser quien es. Tampoco ama realmente pues no se puede amar a alguien sin antes amarse a si mismo y nadie puede amarse a si mismo si no sabe quien es.
Yo

(Con su ayuda)

http://www.youtube.com/watch?v=y8AWFf7EAc4